Despertaste a mi loba.
Solo vos podías generar esto.
Solo en la oscuridad absoluta
Pude ver mí luz.
Cada trago, cada lágrima fue calmando
mí agonía.
Solo con vos podía ver así de cruentas mis heridas.
No podías saber, no quería que supieras que mí loba renacía desde el mismo fuego que atizabas y también sin saberlo, lo oxigenabas.
Empecé a contar y me dí cuenta que en matemáticas, no soy tan mala.
Quisiste alimentar lo peor de mí y me diste las llaves para encontrar mí cielo.
Ahí la llevo,
Entre el arriba y el abajo,
Entre lo que fue y lo que busco.
Entre lo que tengo y lo que anhelo.
Entre lo que viví y ya no quiero.

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